lunes, 22 de diciembre de 2014

La Salud

ESTOY SEGURO de que la mayoría de ustedes gozan de bastante buena  salud. Por lo menos están lo suficientemente sanos como para trabajar diariamente. Es muy  probable que muchos no le den demasiada importancia a la salud de que gozan y creen que la tendrán hasta una edad  bastante avanzada.  Espero que sea así aunque desgraciadamente para algunos la realidad será diferente. Es posible que alguna enfermedad se haga  presente en cualquier momento.
Lo que estoy tratando de decirles es de que aunque se  goce de buena salud debe cuidársela, aunque sin llegar al extremo de preocuparse exageradamente. Algunas personas viven constantemente pensando en que algo no está bien con su salud; a éstos se los llama "hipocondríacos".  Significa que se imaginan cosas que no son reales.  Esto no está bien ya que la actitud mental que se tenga pueda afectar la salud.  El preocuparse constantemente terminará por arruinar la salud. Cuando alguien que se preocupa finalmente tiene una enfermedad su preocupación la agrava.
Las preocupaciones son también peligrosas mientras se realiza un trabajo. Una persona debe mantener constantemente su mente en el trabajo, si no se lesionará.  Si se tiene alguna preocupación hay que dejarla en la puerta de entrada. Nueve de cada diez veces habrá desaparecido cuando la quieran recoger al final del día.
Si piensan que tienen algo malo no se preocupen. Lo tienen o no lo tienen. Piensen sobre esto cuidadosamente. Si tienen síntomas precisos como por ejemplo un dolor de cabeza que se repite, o indigestión, o la sensación de sentirse enfermo sin tener ninguna razón específica para ello, lo mejor será que vean a un médico y se hagan un examen general. Si algo realmente anda mal lo más probable es que el médico pueda hacer un diagnóstico y curarlos. La mayoría de las enfermedades graves hacen sentir sus síntomas antes de que sea demasiado tarde. Tratadas a tiempo generalmente pueden ser curadas. De cualquier forma lo peor que pueden hacer es preocuparse. El preocuparse  afecta tanto su salud como el trabajo que realizan.
Por supuesto que cualquier dolor que tengan también afecta a su seguridad. Es más difícil trabajar con seguridad cuando uno no se siente bien - por lo tanto tendrán que ser más cuidadosos que de costumbre.
Cuando uno se siente bien es cuando mejor hace su trabajo. Los músculos trabajan mejor, las manos están más firmes, la mente está más clara. Se puede pensar mejor.
La mayoría de nosotros podemos mantenernos en buenas condiciones físicas con bastante facilidad, lo más importante es evitar los excesos de cualquier clase: comer regularmente;  dormir lo suficiente y  vivir con moderación. Por supuesto que todos necesitarnos descansar – lo suficiente como para mantener un equilibrio entre el trabajo y las distracciones.
El ir a trabajar sintiéndose cansado ya que la noche anterior se estuvo de fiesta puede ser la causa de accidentes.  El salir a bailar, a jugar a las cartas bebiendo excesivamente no es bueno para la seguridad. Cuando se está cansado los accidentes suceden con más facilidad.
La forma en que tratamos a nuestros compañeros también es importante para la seguridad.  Si todo el mundo se encuentra de buen humor es más fácil cooperar, el trabajo se hace mejor y con más facilidad.  Esto significa que habrán menos posibilidades de que ocurran accidentes y en consecuencia de que la gente se lesione.  Pero un solo individuo de mal humor puede crear problemas para todo el grupo.
El cuidar la salud es importante.  No hay que olvidarse de que ésta no tiene precio y si se la descuida se la puede perder fácilmente.

martes, 9 de diciembre de 2014

“¿Incluso si las lesiones son pequeñas?”

Si, incluso si las lesiones son pequeñas es necesario informarlas inmediatamente al supervisor inmediato. En nuestra obra, a pesar de que ha sido una política constante exigir el informar inmediatamente todas las lesiones, hay quienes no lo hacen porque creen que hay lesiones pequeñas que no merecen la pena molestar a nadie por ellas. La experiencia que tenemos sobre las llamadas "lesiones pequeñas", contradice esa opinión. En el pasado ha habido casos en que una lesión que en un principio parecía insignificante se ha convertido en una lesión seria por falta de una atención de primeros auxilios.
Muchas veces los supervisores nos enteramos de que alguien sufrió una lesión, quizás una o dos semanas antes, cuando alguien nos informa que fulano se está tratando él mismo una lesión, que está infectada, porque cuando se lesionó no quiso que se la esterilizaran y ahora se siente humillado en tener que reconocer su error.

Nosotros no tenemos la capacidad ni los conocimientos para saber cuándo una llamada "lesión pequeña" es en realidad una lesión pequeña. Los médicos y los enfermeros son los que pueden saber esto, incluso ellos no lo saben a veces y por eso tratan a todas las lesiones como si pudieran convertirse en importantes. Las desinfectan pensando que quizá esa lesión pudiera ser causa de una gangrena.
Aparte de los problemas físicos que se pueden derivar por no informar una lesión, hay otras muchas razones por las que debemos informarlas. Entre ellas pudiéramos destacar las siguientes:

En primer lugar, si el accidente no se informa, nadie, con excepción posiblemente de la persona que lo tuvo, podrá aprenden algo acerca del mismo. Eso significa que las circunstancias que produjeron la pequeña lesión están libres -a sus anchas- para operar otra vez y producir más lesiones, quizá la próxima vez graves.
Por ejemplo, me acuerdo que una ocasión leí sobre un trabajador que estaba tratando de desprender una parte de metal roto golpeándola con un martillo. Una parte del metal arañó su mano. Como era una "lesión pequeña" la ignoró completamente y siguió golpeando con el martillo. Unos pocos golpes después, un fragmento del metal, un poquito más grande, saltó a su ojo izquierdo, lo que le produjo la pérdida de vista del mismo. Como ven, las mismas circunstancias produjeron dos resultados diferentes. Esa es la razón por la cual no podemos considerar las "lesiones pequeñas" como lesiones sin importancia.
Otra razón por la que debemos informarlas es debido a que la negligencia puede desarrollar complicaciones. Siempre existe la posibilidad de una infección cuando la superficie de la piel se ha roto. Algunas infecciones pueden ser muy graves e incapacitantes. Recientemente un trabajador sufrió un arañazo "pequeño" un viernes por la tarde, y el lunes por la mañana, al presentarse en la enfermería de su planta, el médico le dijo que la sangre se le había envenenado de tal forma que le tendrían que cortar su pierna.
Algunas personas creen que es de cobardes informar cortaduras pequeñas. arañazos o hinchazones. Si han sufrido una de estas lesiones un poco antes de la salida del trabajo. piensan que cuando lleguen a su hogar lo curarán. A veces, cuando llegan a su hogar. al ver que la lesión no ha aumentado de gravedad, se olvidan de ella como si nada le hubiera pasado.
Como ven, las razones por las que debemos informar siempre las lesiones pequeñas son muchas e importantes. En muchas ocasiones una cortadura grande e impresionante de la que fluye mucha sangre, puede ser en sí menos grave que una pequeñita. La diferencia está en el objeto que ha producido la lesión. Un objeto que haya producido una cortadura pequeñita, por ejemplo, puede infectar a través de ella todo el torrente sanguíneo y a continuación órganos vitales, si estaba contaminado con un producto tóxico o venenoso. Las lesiones, sean grandes o pequeñas, las debemos informar siempre e inmediatamente. 


miércoles, 3 de diciembre de 2014



La prevención
no debe descansar
en los días de fiesta

 
 












REVISANDO LOS ARCHIVOS el otro día me encontré con la sorpresa de que algunos trabajadores cuyos récords de lesiones en el trabajo es nulo, sufren en cambio muchas lesiones y accidentes cuando están fuera del trabajo durante las vacaciones y los días de fiesta. Esto es lo que me convenció que debía dedicar esta charla a la prevención de accidentes en los días de fiesta.A todos nos gustan los días de fiesta. ¡A quién no!  Y sobretodo si es un fin de semana largo. Y ojalá fueran todos largos, ¿no les parece? Pero con ser tan buenos y tan deseados, algunos fines de semana sólo acarrean desgracias personales a algunos de nuestros compañeros.¿Qué clase de accidente creen ustedes que es el más frecuente en un fin de semana?... Exactamente, el accidente de tráfico. No es un secreto el que en nuestro país mueren miles de personas en las carreteras anualmente. No hay día en que en el periódico no se lea acerca de alguno. Y a este número gigantesco de muertes hay que añadir las lesiones personales que no son fatales, aunque muchos accidentados terminan en una silla de ruedas.Pero todos los accidentes no los causan los conductores alocados, ni los conductores embriagados, aunque el licor juega un papel importante en muchos accidentes. La mayoría de los accidentes los sufren conductores normales que no toma su conducción seriamente. Esto aparece principalmente en los fines de semana.Muchos conductores piensan que el llegar al destino es lo más importante. Conducen a velocidades demasiado altas para las condicione reinantes; corren continuamente riesgos al pasar; cruzan las líneas divisorias cuando no debieran; no se preocupan en lo más mínimo por respetar las señales de tráfico...Si hay alguien entre nosotros que hace esto con frecuencia y todavía está aquí, tiene suerte. Generalmente quien no respeta las leyes de tráfico termina por sufrir un accidente.Pero no es sólo en las carreteras en donde se puede sufrir accidentes los fines de semana. Hay quienes se ahogan, se rompen una pierna al caerse de un árbol, se matan cuando tratan de escalar una montaña, etc. Algunos incluso mueren a consecuencia de la mordedura de una serpiente. En las estaciones de caza, hay muchos que mueren al disparárseles las escopetas, ya que nunca aprendieron a usarlas y llevarlas correctamente. Otros se despreocupan totalmente y no leen las instrucciones que vienen con las armas de fuego. Algunos se queman cuando echan kerosén o gasolina a un fuego para que las ramas húmedas prendan con más facilidad.Y así podríamos pasarnos todo el día describiendo accidentes que son fáciles de evitar. Y si examináramos cada uno de estos accidentes con detención, veríamos que con un poco de sentido común se podrían haber evitado, incluso los más extraños, como el que les voy a narrar.Una pareja de recién casados recibió como regalo de bodas una cabaña junto a un lago, adonde se fueron a pasar la luna de miel. El marido llevó consigo una herradura de la suerte que le había regalado un compañero de trabajo, el día antes de la boda. Al llegar a la cabaña lo primero que hizo fue colgarla de un clavo en el dintel de la puerta. Al poco rato se fue al lago a pescar, olvidándose de cerrar la puerta. Su nueva esposa, fastidiada al ver la puerta abierta, la cerró con fuerza. El golpe hizo vibrar el dintel de la puerta y la herradura cayó, rompiéndole la nariz.Este es un accidente curioso y difícil de creer, aunque ocurrió en realidad. Y como éste hay muchos que se pudieron haber evitado con un poco más de cuidado. Lo que debería haber hecho el esposo era asegurarse de que la herradura estaba bien sujeta, y haber previsto que un golpe fuerte podría derribar la herradura, como realmente sucedió.Hay muy pocos accidentes que ocurren en los fines de semana que se deben a situaciones muy peligrosas y difíciles de evitar. La mayoría de los accidentes se debe a despreocupación, demasiada confianza, etc.Para terminar, quisiera que antes de empezar una actividad, cualquiera que sea, los fines de semana, dediquen unos breves minutos a considerar la forma en que deberán actuar para evitar que ustedes mismos, sus familias o cualquier otra persona, puedan resultar lesionados. Si actuamos de esta forma, será muy fácil evitar accidentes los días festivos.

martes, 2 de diciembre de 2014

Los celos son un veneno mortal

Los celos son un veneno mortal







¿HAN PENSADO alguna vez si los éxitos de otras personas les hace sentirse inferiores? Si se han sentido de esa manera, no son los únicos. Ese es un sentimiento muy humano. Una de las cosas más difíciles en esta es alabar a un compañero cuando            tiene éxito en su trabajo. Un gran escritor dijo en cierta ocasión: "Pocas cosas hay más difíciles en este mundo que soportar la molestia de un buen ejemplo".
En verdad, la envidia que se siente ante el éxito de un semejante, no conduce a nada bueno. Los celos o envidia por la suerte o habilidad de alguien lo único que pueden hacer, quizás, es un agujero en el estómago de quien siente esa envidia o celos, conocido como "úlcera".
Una naturaleza celosa o envidiosa es un obstáculo gigante que crea toda serie de complicaciones. Es inútil envidiar a alguien que es mejor que nosotros, ya que por mucho que nos esforcemos, siempre encontramos alguien que nos supera en algo, siempre habrá alguien que será mejor que nosotros.

En este mundo, en nuestra empresa, hay oportunidades suficientes para cada uno de nosotros para que tengamos éxito en una tarea particular; preocupémonos por lograr éxito en nuestro trabajo y no tratemos de desacreditar o menospreciar el éxito que nuestros compañeros tienen. Siempre que veamos que un compañero tiene éxito en algo, felicitémosle sinceramente, si lo hacemos así, también nos felicitarán a nosotros cuando hagamos algo que merezca reconocimiento.
El éxito verdadero no se logra menospreciando el éxito de otras personas, sino tratando de sacar el mayor provecho de nuestra capacidad. El éxito verdadero se consigue trabajando para mejorarnos sin preocupamos si otros están teniendo más éxito que nosotros, si se les está dando mayores responsabilidades por su preparación y capacidad, más autoridad, o incluso más salario.
Los celos o la envidia que llevan a desacreditar a compañeros de trabajo, no llevan a ninguna parte.  Lo único que se logra es crear enemigos y perder tiempo y energía tiempo y energía que podría emplearse en superar el nivel y la calidad del propio trabajo.  Aquéllos que se dejan llevar por sentimientos profundos de envidia, terminan por envenenarse a sí mismos.  La envidia es un veneno más mortal que el de una serpiente.
El mejor antídoto contra la envidia es la confianza.  Los trabajadores que realizan una buena labor y saben que su trabajo es de buena calidad, no se sienten inclinados a envidiar el éxito de otros compañeros.  Saben que más tarde o más temprano, ellos también tendrán éxito.
Recuerdo que hace unos años trabajaba en nuestra planta un trabajador joven que poseía cualidades excepcionales.  Con el tiempo pudo haber llegado a ser un tornero destacado, fuera de lo común, pero se dejó arrastrar por la envidia.  Un compañero 20 años mayor y con mucha más experiencia en su oficio, aunque con menos habilidad y capacidad, producía más piezas que el joven trabajador.  Yo observé desde un principio que éste no hacia más que observar al trabajador más antiguo y criticaba la lentitud con que trabajaba, aunque en realidad, como he dicho antes, producía más piezas que él.  Le advertí una y otra vez que se interesara sólo por mejorar su trabajo, que con el tiempo llegaría a ser mejor tornero que su compañero. Pero no hizo caso, y la envidia le arrastró a tal extremo que la calidad de su trabajo, en lugar de mejorar, empeoró. Llegó un día en que él mismo no pudo tolerar más su frustración y terminó marchándose voluntariamente de la planta.
La envidia, como en el caso que les he narrado, puede llegar a destruir las mejores cualidades de una persona.  Cuesta el mismo esfuerzo, sentir envidia por un compañero, que sentir admiración.  Las ganancias personales que se obtienen cuando se admira el buen trabajo de un compañero son enormes.

En nuestra planta no hay lugar para envidiosos.  Tenemos que trabajar unidos, ayudamos mutuamente y siempre que podamos alabar y admirar el trabajo de nuestros compañeros, va que si lo hacemos así ellos también alabarán y admirarán el trabajo que hacemos nosotros.