martes, 2 de diciembre de 2014

Los celos son un veneno mortal

Los celos son un veneno mortal







¿HAN PENSADO alguna vez si los éxitos de otras personas les hace sentirse inferiores? Si se han sentido de esa manera, no son los únicos. Ese es un sentimiento muy humano. Una de las cosas más difíciles en esta es alabar a un compañero cuando            tiene éxito en su trabajo. Un gran escritor dijo en cierta ocasión: "Pocas cosas hay más difíciles en este mundo que soportar la molestia de un buen ejemplo".
En verdad, la envidia que se siente ante el éxito de un semejante, no conduce a nada bueno. Los celos o envidia por la suerte o habilidad de alguien lo único que pueden hacer, quizás, es un agujero en el estómago de quien siente esa envidia o celos, conocido como "úlcera".
Una naturaleza celosa o envidiosa es un obstáculo gigante que crea toda serie de complicaciones. Es inútil envidiar a alguien que es mejor que nosotros, ya que por mucho que nos esforcemos, siempre encontramos alguien que nos supera en algo, siempre habrá alguien que será mejor que nosotros.

En este mundo, en nuestra empresa, hay oportunidades suficientes para cada uno de nosotros para que tengamos éxito en una tarea particular; preocupémonos por lograr éxito en nuestro trabajo y no tratemos de desacreditar o menospreciar el éxito que nuestros compañeros tienen. Siempre que veamos que un compañero tiene éxito en algo, felicitémosle sinceramente, si lo hacemos así, también nos felicitarán a nosotros cuando hagamos algo que merezca reconocimiento.
El éxito verdadero no se logra menospreciando el éxito de otras personas, sino tratando de sacar el mayor provecho de nuestra capacidad. El éxito verdadero se consigue trabajando para mejorarnos sin preocupamos si otros están teniendo más éxito que nosotros, si se les está dando mayores responsabilidades por su preparación y capacidad, más autoridad, o incluso más salario.
Los celos o la envidia que llevan a desacreditar a compañeros de trabajo, no llevan a ninguna parte.  Lo único que se logra es crear enemigos y perder tiempo y energía tiempo y energía que podría emplearse en superar el nivel y la calidad del propio trabajo.  Aquéllos que se dejan llevar por sentimientos profundos de envidia, terminan por envenenarse a sí mismos.  La envidia es un veneno más mortal que el de una serpiente.
El mejor antídoto contra la envidia es la confianza.  Los trabajadores que realizan una buena labor y saben que su trabajo es de buena calidad, no se sienten inclinados a envidiar el éxito de otros compañeros.  Saben que más tarde o más temprano, ellos también tendrán éxito.
Recuerdo que hace unos años trabajaba en nuestra planta un trabajador joven que poseía cualidades excepcionales.  Con el tiempo pudo haber llegado a ser un tornero destacado, fuera de lo común, pero se dejó arrastrar por la envidia.  Un compañero 20 años mayor y con mucha más experiencia en su oficio, aunque con menos habilidad y capacidad, producía más piezas que el joven trabajador.  Yo observé desde un principio que éste no hacia más que observar al trabajador más antiguo y criticaba la lentitud con que trabajaba, aunque en realidad, como he dicho antes, producía más piezas que él.  Le advertí una y otra vez que se interesara sólo por mejorar su trabajo, que con el tiempo llegaría a ser mejor tornero que su compañero. Pero no hizo caso, y la envidia le arrastró a tal extremo que la calidad de su trabajo, en lugar de mejorar, empeoró. Llegó un día en que él mismo no pudo tolerar más su frustración y terminó marchándose voluntariamente de la planta.
La envidia, como en el caso que les he narrado, puede llegar a destruir las mejores cualidades de una persona.  Cuesta el mismo esfuerzo, sentir envidia por un compañero, que sentir admiración.  Las ganancias personales que se obtienen cuando se admira el buen trabajo de un compañero son enormes.

En nuestra planta no hay lugar para envidiosos.  Tenemos que trabajar unidos, ayudamos mutuamente y siempre que podamos alabar y admirar el trabajo de nuestros compañeros, va que si lo hacemos así ellos también alabarán y admirarán el trabajo que hacemos nosotros.

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