miércoles, 7 de octubre de 2015

Evaluación y formulación de hipótesis


En el momento de evaluar habrá que intentar:
ØCaptar su atención.
Ø Ganar la confianza (tono, actitud, proximidad física, comprensión, aceptación, etc.)
ØMantener una comunicación verbal y no verbal adecuada.
ØConseguir la mayor información posible.
ØObservar la respuesta emocional.
ØNo alarmar.

Para ello utilizaremos las habilidades del terapeuta para la comunicación.
El objetivo en esta fase es conseguir una valoración general del paciente:
Como fue su funcionamiento durante el incidente y su estado actual, permitiendo establecer, sobre la base de algunos indicadores conocidos, el riesgo de un posterior desarrollo de los trastornos anteriormente mencionados y ayudarle a encontrar sus propias resistencias para superar la crisis y sacar el mejor provecho posible a la experiencia vivida.
Para ello deberá obtenerse información sobre cinco puntos importantes: Suceso precipitante. Contexto en que ocurre la crisis. Funcionamiento durante la crisis. Funcionamiento de la persona antes de la crisis. Situación actual.
Solicitaremos unos datos mínimos para comenzar con la anamnesis, la cual iremos completando según avance la sesión.
Habrá que ir haciendo un repaso por el denominado Perfil CASIC, viendo el estado de las áreas Conductual, Afectiva, Somática, Interpersonal y Cognitiva. Esto es, en esta primera valoración se busca conocer el estado del paciente mediante el examen de cinco funciones psicológicas básicas: Emociones, reacciones fisiológicas, aspectos cognitivos, comportamentales y relaciones sociales, que nos ayude a detectar la gravedad y dimensión del problema.
• Aspecto conductual: Patrones de trabajo, juego, pasatiempos, ejercicios, hábitos alimentarios, conducta sexual, hábitos de sueño, uso de drogas, tendencias suicidas u homicidas, etc.
• Aspecto afectivo: Sentimientos sobre cualquiera de las conductas mencionadas anteriormente como ansiedad, cólera, alegría, depresión, y ver si los afectos son adecuados a las circunstancias de vida. Averiguar también si los sentimientos se expresan u ocultan.


Ø Aspecto somático: Funcionamiento físico general, salud. Tics, dolores de cabeza, malestares estomacales o de otro tipo, estado de relajamiento o tensión, sensibilidad de la visión, audición, tacto, etc.
ØAspecto interpersonal: Naturaleza de las relaciones con la familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, dificultades y fortalezas en los vínculos. Cantidad y frecuencia del contacto con amigos y conocidos.
ØAspecto cognoscitivo: Sueños actuales diurnos o nocturnos, imágenes mentales del pasado o el futuro, propósitos en la vida y razones de su validez; creencias religiosas, filosofía de vida; delirios, alucinaciones, diálogo interno irracional, racionalizaciones, ideación paranoide y actitud general hacia la vida

Narración del suceso:

Preguntaremos por el nombre, edad, profesión, tipo de incidente sufrido.
Averiguaremos si es víctima directa o indirecta y las pérdidas más graves que ha tenido (fallecimiento de personas cercanas, pérdidas materiales importantes o consecuencia más grave percibida).
Le haremos saber nuestras condolencias por lo acaecido y mostraremos nuestra empatía con sus circunstancias.
Continuaremos favoreciendo la narración del suceso. Idealmente intentaremos que lo haga de una forma cronológica, centrándose en los hechos y con el mayor lujo de detalles posibles.
No interrumpiremos, a no ser que veamos que empieza a divagar o a apartarse de una narración hilada. En este caso, volveremos a centrar la historia por el punto en donde se desvió para que la retome (me decía que…, entonces cuando… que pasó, etc.).
 


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